La amoralidad se refiere a la calidad o condición de ser amoral, es decir, la ausencia de principios morales que guíen el comportamiento.
A diferencia de la inmoralidad, que implica actuar en contra de lo que se considera moralmente correcto, la amoralidad se caracteriza por la indiferencia hacia las normas éticas.
Esta noción invita a reflexionar sobre cómo las acciones pueden ser evaluadas sin un marco moral que las juzgue.