El término amostrar tiene dos acepciones que hoy en día se consideran anticuadas y están en desuso.
La primera se refiere a la acción de mostrar algo, es decir, hacer visible o evidente.
La segunda acepción implica el acto de acostumbrarse a una situación o circunstancia.
Aunque estas definiciones ya no son comunes en el lenguaje actual, su uso refleja la evolución del idioma y la transformación de las palabras a lo largo del tiempo.