En sentido lato, operación quirúrgica mediante la cual se extirpa una pierna, brazo, mano, pie, etc. En Medicina, sin embargo, el término tiene más amplio significado y denota cualquier accidente u operación que entrañe la pérdida de una región u órgano, bien sea interno o externo. Así, una amputación traumática es la pérdida de alguna parte del cuerpo, como sucede cuando un pie queda seccionado en un accidente de automóvil. También existen amputaciones congénitas, producidas antes del nacimiento, como ocurre cuando el cordón umbilical se desarrolla alrededor de un brazo en formación y lo secciona.
En cirugía moderna, la amputación total o parcial de miembros se hace necesaria en graves lesiones o malformaciones congénitas no susceptibles de reconstrucción, en algunas formas de enfermedades gangre-nógenas de los vasos sanguíneos, en la gangrena diabética y en las enfermedades del sistema nervioso central causantes de destrucción de los tejidos al quedar éstos privados de los estímulos tróficos de su nervio. Cuando la amputación se hace necesaria, puede afectar a cualquier porción de las extremidades, desde la articulación de un dedo a todo el brazo hasta el hombro o toda la pierna hasta la cadera. La mayoría de las amputaciones de las extremidades se realiza entre muñeca y codo o entre codo y hombro, o bien entre tobillo y rodilla y entre rodilla y cadera. Al realizar una amputación, se procura que el hueso quede más corto que los músculos circundantes, los cuales han de servir para la reconstrucción de un muñón blando en que apoyar los aparatos ortopédicos; de este modo se evita al mismo tiempo que con la retracción cicatrizal quede el hueso al descubierto.
Una experiencia desagradable y a veces desconcertante tras la operación es la seudo-percepción de sensaciones, dolorosas o no, procedentes del miembro que falta. El fenómeno ha dado origen a creencias supersticiosas entre las personas ignorantes, que a menudo insisten en enterrar el miembro amputado con ceremonias fúnebres. Tales sensaciones se explican por el hecho de que los impulsos que llegan del extremo del nervio cortado producen la misma sensación que si el nervio alcanzara todavía su normal destino. Se diría que es como una interferencia en una línea telefónica entre la central y su término; el operador de la central, al igual que el cerebro del enfermo amputado, es incapaz de precisar el origen de la interferencia. El tratamiento médico tiende a aliviar las molestias, que disminuyen, o desaparecen con el tiempo.
En la medicina primitiva la amputación fue la principal operación quirúrgica. Se practicó en tiempos remotos y por métodos extremadamente cruentos. Á pesar de tratamientos tan drásticos como el de verter aceite hirviendo dentro de la herida, practicado por Ambrosio Paré en el siglo xvi, casi siempre se producía la infección. Por esta razón se evitaba la cirugía todo lo posible. En ocasiones la operación se practica no sólo en el miembro inútil, sino también en porciones sanas, para evitar que se extienda la infección. A veces ésta se reproduce y obliga a nuevas amputaciones. Los métodos modernos de combatir las infecciones y los progresos de la cirugía plástica en la reconstrucción de miembros lesionados han hecho que esta intervención se realice con menos frecuencia. Hoy día, un cirujano tiene a más orgullo salvar un miembro que realizar una habilidosa amputación.
En muchos casos, sin embargo, la amputación es esencial; actualmente se realizan las amputaciones con mucho mejores resultados y mucho menor shock para el paciente. Los nuevos métodos usados en cirugía, anestesia y terapéutica física, así como en la adaptación de miembros o partes de miembros artificiales, hacen que estas operaciones sean menos penosas y los pacientes puedan vivir y ser útiles a la sociedad. El cirujano tiene en cuenta la profesión del presunto operado y procura que la intervención permita más tarde colocar una prótesis adecuada. Prescribe asimismo la anestesia para eliminar el dolor y reducir el shock. Después de la operación el físico-terapeuta, mediante calor, amasamiento y ejercicios adecuados, prepara el muñón para su adaptación a un miembro artificial. Los especialistas en reeducación funcional enseñan a manejar los aparatos ortopédicos de acuerdo con las necesidades del enfermo.
Los miembros artificiales fueron originariamente muy rudimentarios. La persona que había perdido una pierna sujetaba con una correa al muñón una horquilla de madera u otro metal. Si el miembro perdido era un brazo o una mano, lo remplazaba por un gancho o garfio, o lo dejaba tal cual estaba. La inventiva moderna ha diseñado ingeniosas y excelentes piernas y muy aceptables brazos y manos. Las piernas artificiales fabricadas de aluminio y plástico son ligeras y fácilmente manejables, hasta el punto de que, con la práctica, los usuarios realizan su trabajo normal y no encuentran serios inconvenientes para estar de pie o caminar. Las manos artificiales cuentan con dedos pulgares capaces de pinzar y coger objetos e incluso realizar cierto número de manipulaciones. Como la prótesis ha de adaptarse con precisión, será objeto de reajuste cuantas veces sea necesario. Para el uso eficaz de los miembros artificiales es preciso el entrenamiento. Con alguna habilidad en el uso de las piernas artificiales se puede andar perfectamente y hasta hacer una pequeña carrera. Esa habilidad en el manejo tanto de piernas como de manos artificiales se consigue con la persistencia en la práctica y el entrenamiento. Véase Prótesis.
Cantidad de letras, vocales y consonantes de Amputación (Medicina)
Palabra inversa: )anicideM( nóicatupmA Número de letras: 20 Posee un total de 9 vocales: A u a i ó e i i a Y un total de 9 consonantes: m p t c n M d c n
¿Es aceptada "Amputación (Medicina)" en el diccionario de la RAE?
