La palabra "an" es una partícula que se utiliza en el ámbito del epigrafía, específicamente en el contexto de la escritura antigua.
Su función principal es servir como un elemento que acompaña a otros términos, aportando un matiz o significado particular.
Aunque su uso puede parecer limitado, su presencia en inscripciones históricas revela aspectos importantes sobre la cultura y el lenguaje de las civilizaciones pasadas.