Analépticos son sustancias que estimulan el organismo y reponen energías.
Por otro lado, los medicamentos analépticos aumentan la actividad de células, tejidos y órganos, permitiendo recuperar la conciencia en pacientes en coma o desmayados.
Actúan en centros de control cardíaco y respiratorio del cerebro.
Ejemplos de analépticos son adrenalina, cafeína, alcanfor, efedrina y estricnina.
Estos fármacos disminuyen el umbral de excitación, permitiendo a los órganos recibir impulsos que antes no podían.
adj. / m. En general, cualquier sustancia o alimento que sirve para reponer fuerzas y estimular el organismo.
m. Medicamentos que aumentan la actividad funcional de las células, tejidos y órganos. Permiten, por ejemplo, volver a la conciencia a un paciente en coma o desmayado. Actúan especialmente sobre el centro de control cardíaco y el centro de control respiratorio del encéfalo.
Generalmente actúan disminuyendo el umbral de excitación a los estímulos, con lo que un órgano es susceptible de recibir impulsos que anteriormente no podían alcanzarle.
Hoy se aplica el término generalmente, a las sustancias capaces de estimular el sistema nervioso central. Tales sustancias no sólo producen hábito, como la cocaína, sino que además son tóxicas y en grandes dosis capaces de desencadenar convulsiones fatales.
Los únicos antídotos seguros para el tratamiento de la intoxicación aguda por analépticos son los anestésicos, como el éter, o los somníferos, como los barbitúricos, pero nunca la morfina.
Analépticos corticales, bulbares y espinales
Es costumbre dividir estas sustancias en corticales, bulbares y espinales, según el lugar de su preferencia estimulante —córtex, bulbo raquídeo o médula espinal—. Habrá de señalarse, sin embargo, que los analépticos centrales rara vez actúan solo sobre una parte del sistema nervioso central. En la mayoría de los casos, puede ejercer su acción estimulante principal sobre una parte del sistema nervioso, pero en dosis suficientemente grandes produce excitación general en todas las estructuras de dicho sistema.
Los analépticos corticales pueden engendrar un aumento apreciable de los impulsos sensoriales, de la facilidad de coordinación y asociación y de la atención focal. Ayudan a un despertar más lúcido y a combatir el sueño. Su uso indiscriminado puede provocar la excitación motora, visiones, alucinaciones, delirio, etcétera.
Los estimulantes corticales más conocidos son: la cafeína (y naturalmente el café muy cargado), la cocaína, la atropina, la atebrina y la absenta. Los dos primeros solían usarse moderadamente bajo riguroso control médico, pero los restantes son demasiado tóxicos para un empleo rutinario. La cocaína actualmente está prohibida.
La picrotoxina, el cardiazol y la niquetamida estimulan la corteza cerebral, pero también tienen un señalado efecto sobre los centros subcorticales y el bulbo raquídeo. En los animales totalmente descerebrados, mantenidos vivos artificialmente, también actúan como estimulantes espinales.
Característica sobresaliente de estos medicamentos es que se oponen a la acción de los anestésicos e hipnóticos, haciendo despertar del sueño narcótico tanto al hombre como a los animales anestesiados y estimulan la respiración, la circulación y el metabolismo por acción central.
Los estimulantes espinales, como la estricnina y la brucina, actúan fundamentalmente sobre los arcos reflejos medulares, aunque también pueden excitar los centros espinales y corticales.
Etimología u origen de la palabra analépticos: proviene del latín analepticus, y este del griego "recuperar".