Juan Ancheta fue un destacado escultor español nacido en Azpeitia, Guipúzcoa, alrededor de 1530.
Aunque su vida juvenil es poco conocida, se sabe que trabajó en Italia, especialmente en Florencia, y luego se trasladó a Valladolid, donde se formó bajo la tutela de Juan de Juni.
Su influencia perduró en el arte del siglo XVII, especialmente en Navarra, donde su estilo formalista dejó una huella significativa en la escultura de la región.
Biografía de Ancheta, Juan
(c. 1530-88). Escultor español nacido en Azpeitia (Guipúzcoa). Se le ha identificado con el que Ceán Bermúdez biografió, por error, con el nombre de Miguel de Ancheta. No se tienen muchas noticias de sus andanzas juveniles. Se sabe que estuvo en Italia y que trabajó en Florencia. Residió luego algún tiempo en Valladolid, donde conoció a notorios escultores de la época, principalmente Juan de Juni, en cuyo taller se formó como discípulo. Después de 1565 contrajo matrimonio con su parienta Ana de Aguirre. En 1576 aparece avecindado en Pamplona; desde dicho año hasta 1578 trabajó para la catedral de Burgos. Realizó diversos retablos en Castilla y en la región vascongada. Tuvo muchos discípulos y continuadores y ejerció gran influencia no sólo en su tiempo sino también a través del arte del siglo xvii. Este influjo es patente sobre todo en Navarra, donde todo lo hecho en este orden artístico, según su biógrafo moderno Camón Aznar, «está encadenado al formalismo de Ancheta». Se refleja en su arte la influencia renacentista italiana que sufrió sin duda durante su permanencia en aquel país, pero por debajo de aquella correcta regularidad manierista bulle en sus obras un espíritu impetuoso que no llega a ocultar en las formas el acento de una inspiración apasionada. Fue tan altamente estimado por Juni que éste le designó en su testamento como el único artista digno de terminar el retablo de Rioseco que dejaba sin concluir a su muerte. Señálanse entre sus obras importantes el retablo de La Trinidad en la capilla de la catedral de Jaca, en alabastro policromado; el de La Anunciación, de la Seo de Zaragoza, en madera y alabastro; y, en fin, el gran retablo de Santa María de Tafalla, quizá la más conocida de sus realizaciones escultóricas. En él trabajaba cuando le sobrevino la muerte, por lo que hubo de ser concluido por González de San Pedro. Fue enterrado en el claustro de la catedral de Pamplona con este curioso epitafio: «aquí yace Ancheta, el que sus obras no alabó ni las ajenas despreció.»
