La palabra andábata se refiere a un tipo de gladiador que luchaba en la antigua Roma.
Este guerrero se caracterizaba por llevar un casco que cubría su cabeza y le tapaba los ojos, lo que añadía un elemento de desafío y riesgo a sus combates.
La figura del andábata simboliza no solo la valentía en la arena, sino también la estrategia y el entrenamiento necesarios para enfrentarse a oponentes en condiciones tan difíciles.