La anfibolita es una roca metamórfica que se caracteriza por su composición, principalmente formada por anfíbol, junto con otros minerales como feldespato, cuarzo, mica y granates.
Este tipo de roca se forma bajo condiciones de alta presión y temperatura, lo que le confiere propiedades únicas y un aspecto distintivo.
Su estudio es importante en geología, ya que proporciona información sobre los procesos metamórficos de la Tierra.
f. Roca compuesta de anfíbol y algo de feldespato, cuarzo, mica y granates.
Segundo diccionario: anfibolita
Roca metamórfica cuyo elemento dominante es exclusivamente un anfíbol, al que acompañan como componentes secundarios feldespato, mica, granate, augita, cuarzo, pirita, etc. Son rocas duras, tenaces, de textura muy variable, en las que el anfíbol suele presentarse en forma de cintas alargadas o prismas dispuestos en paralelo. Las anfibolitas derivan de ciertas rocas eruptivas, como doleritas, gabros, diabasas, piroxenitas y peridotitas sometidas a la presión y movimientos intersticiales que acompañan a los plegamientos terrestres, y también de los estratos sedimentarios que han experimentado metamorfismo regional. Son frecuentes en las regiones de Esquistos cristalinos y Gneis, donde pueden cubrir extensas zonas circulares o elípticas o pueden adoptar la forma de bandas estrechas y alargadas asociadas a otras rocas metamórficas.
Sus diversas variedades suelen denominarse según la clase de anfíbol dominante: esquisto tremolítico, Actinótico, Hornbléndico. Este último término suele aplicarse también a todo el grupo. Las denominaciones también pueden referirse al mineral accesorio más importante: anfibolita granatífera, epidótica, etcétera.
En España se encuentra anfibolita magnética en Granada y Almería. Véase Roca, Rocas metamórficas.