Ángel es un espíritu celestial creado por Dios para su ministerio, a menudo representando al Señor en apariciones a humanos.
En el Antiguo Testamento, se les atribuyen cualidades humanas y funciones como guiar, aconsejar y proteger a los hombres.
Se les ve como mensajeros divinos que cumplen la voluntad de Dios en la Tierra.
Por otro lado, la religión es un sistema de creencias y prácticas que busca conectar a los seres humanos con lo divino, proporcionando un marco espiritual para entender el mundo y la existencia.
Del griego angelos (mensajero). Espíritu celeste creado por Dios para su ministerio. Dios se hace representar generalmente en sus apariciones a los hombres en forma de un ser llamado el Ángel del Señor (Iud. 2:1-4; II Sam. 14:16). Frecuentemente se identifica a este Ángel con el Señor, como en las apariciones a Agar (Gen. 16:10-13); a Moisés, en la zarza ardiente (Ex. 3:2-4); y a la burra de Balaam (Núm. 22:22-35).
En el Antiguo Testamento se rodea a los ángeles de muchas cualidades humanas. Hablan, comen y poseen una sabiduría limitada (II Sam. 14:20). Uno de ellos lucha con Jacob hasta romper el día (Gen. 32:1,24-30). Entre sus principales funciones figuraba la de servir de guías a los hombres. Un ángel acompañó al criado de Abraham en su viaje en busca de esposa para Isaac (Gen. 24:7,40), otro guió al pueblo de Israel a través del desierto hasta Canaán (Ex. 23:20). Aconsejaron especialmente a los profetas (I Reg. 13:18; 19:5) y protegieron a los hombres de todo daño y destrucción (Gen. 19:10-15; Ps. 34:7).
En Zacarías y especialmente en Daniel se representa a los ángeles como pertenecientes a diferentes órdenes: ángeles y arcángeles. Dos arcángeles, Miguel y Gabriel, aparecen específicamente citados en la Biblia (Dan. 8:16; 10:13; 12:1), al igual que Rafael (Tob. 6:19). Otros, como Jeremiel, Faltiel y Uriel, aparecen citados en los Apócrifos. En Daniel se alude a estos seres como guardianes y príncipes (Dan. 4:13-17; 10:13). Satanás, como príncipe de los ángeles caídos, aparece- nombrado por primera vez en el libro de Job (1:6-12).
En el Nuevo Testamento forman coros o multitudes, como en la natividad de Cristo y, luego, con ocasión de sus tentaciones en el desierto (Mat. 4:11; Le. 2:13). Jesús distinguía entre ángeles buenos y malos (Mt. 41) y enseñó la doctrina de los ángeles guardianes de los niños (Mt. 18:10). Los ángeles de las iglesias (Apoc. 2:1; 3:1), en algún tiempo confundidos con los obispos, se consideran actualmente ángeles guardianes.
Madonna con hijo y ángeles - Giovanni Battista Salvi da Sassoferrato (1609–1685). CC
Origen etimológico de ángel: proviene de la palabra latina angelus y este a su vez de la palabra griega ἄγγελος (ángelos), "mensajero"