El término aniquilado proviene del verbo aniquilar, que se refiere a la acción de destruir o eliminar por completo algo o a alguien.
Este concepto implica una total aniquilación, dejando nada en pie.
Por ejemplo, se puede decir que "los ejércitos enemigos fueron aniquilados completamente en la batalla", lo que ilustra la intensidad de esta acción y su efecto devastador.