El término antidinástico se refiere a algo que es contrario o se opone a una dinastía, que es un conjunto de gobernantes de una misma familia que se suceden en el poder.
Este adjetivo puede aplicarse en contextos políticos, sociales o culturales, donde se cuestiona o desafía la legitimidad y el dominio de una línea familiar en el liderazgo.
Así, lo antidinástico representa una postura de resistencia frente a la continuidad dinástica.