El término aplagar se refiere, en su acepción más antigua y en desuso, a la acción de hacer o producir llagas.
Esta palabra proviene del contexto de la medicina antigua, donde las llagas eran lesiones que requerían atención.
Aunque hoy en día su uso es casi inexistente, su significado evoca una época en la que el lenguaje médico y las prácticas de curación eran muy diferentes a las actuales.