El término Aplicaciones del Algodón se refiere a las múltiples formas en que este material versátil se utiliza en diversas industrias.
Con más de 2000 usos, el algodón es fundamental en la fabricación de productos que van desde ropa hasta componentes para la industria automotriz.
Su importancia histórica y económica es notable, especialmente en tiempos de guerra.
Además, su proceso de fabricación ha evolucionado desde técnicas manuales hasta maquinaria avanzada, reflejando su relevancia en la Revolución Industrial.
Aplicaciones Del Algodón
Se conocen más de 2000 formas de utilización del algodón que comprenden desde las cintas mecanográficas al vestuario femenino. Su importancia en tiempo de guerra sólo se ve superada por la del acero. La industria del automóvil es su principal consumidora. Se emplea como primera materia en la fabricación de sacos, hilo, material aislante, cuerdas, bramantes, cintas de transmisión, lonas, toldos, mangueras, accesorios de pesca, equipajes, encuadernaciones, etc. La borra que queda en la semilla después de realizar el desmotado se separa y almacena para diferentes usos. Véase Algodón, Semilla del, Linteres.
Fabricación. Fueron los primitivos pueblos de la India y Oriente los primeros en hilar y tejer el algodón. Casi todo el proceso era manual y se realizaba con cardas rudimentarias, tornos de hilar y telares. Pero durante el siglo xviii, época en que se produjo la Revolución Industrial en Inglaterra, se convirtieron estos rudimentarios instrumentos en poderosa maquinaria. A ello contribuyeron hombres como Wyatt, Arkwright, Hargreaves y Compton, autores todos ellos de decisivos avances en el perfeccionamiento del equipo de fabricación. Véase Revolución industrial.
En la fabricación de hilados y tejidos son necesarias numerosas operaciones antes de llegar al producto terminado. A fin de que el hilado alcance determinada resistencia se mezcla el contenido de varias balas de fibras de diferentes calidades. El algodón pasa por una serie de máquinas, que remueven el contenido de las balas, para separar el polvo y desechos de las fibras hilables. Así resulta un gran rollo de algodón enmarañado, que se carda y estira para enderezar las fibras y convertir la masa en mechas ligeramente retorcidas, que a continuación se enrollan en una gran bobina tubular. Las mechas pasan de nuevo por una cardadora que separa las fibras cortas y desechos. Después de cardadas y estiradas, las fibras quedan ya listas para el hilado. Las grandes bobinas formadas con las mechas se colocan en máquinas que las hacen pasar a través de varios rodillos que giran a diversas velocidades. De este modo se consigue que las fibras queden dispuestas paralelamente y las hebras sean más delgadas. A continuación se arrollan éstas a una bobina dotada de rápido movimiento giratorio. Para convertir las hebras en tela se tejen entrelazándolas en ángulo recto. El conjunto de hilos dispuestos en el mismo sentido se denomina urdimbre, y trama el de sus perpendiculares. Los hilos que han de formar la urdimbre se enrollan en un gran carrete llamado enjulio. En cuanto a los de la trama, irán enrollados en una canilla situada en el interior de un instrumento en forma de barquichuelo llamado lanzadera, que recorrerá de un extremo a otro el telar haciendo pasar sus hilos a través de los de la urdimbre. Subiendo o bajando éstos al paso de la trama, se conseguirán distintos dibujos. La tela, una vez tejida, se somete a tratamiento para darle más resistencia y atractivo. Los procedimientos utilizados actualmente para conseguir tejidos inarrugables e impermeables son relativamente recientes. La técnica textil, se ha perfeccionado rápidamente gracias a los adelantos químicos, que han permitido el uso de nuevos sistemas de colorido y apresto. Véase Textiles.