La apostolicidad es un concepto fundamental en la tradición cristiana que se refiere a la conformidad de una enseñanza o doctrina con las enseñanzas originales de los apóstoles.
Este término destaca la importancia de mantener la fidelidad a las raíces del cristianismo, asegurando que las creencias y prácticas actuales se alineen con lo que fue transmitido por aquellos primeros seguidores de Jesús.
La apostolicidad es, por tanto, un pilar esencial para la identidad de la fe cristiana.