Apunado y apunada son términos que se utilizan para describir a una persona extenuada, débil o flaca, especialmente en Argentina.
En América, también se refiere a padecer puna, soroche o mal de altura, que es una sensación de mareo o malestar común al subir a grandes altitudes sin estar acostumbrado.
Esto se debe a la disminución de oxígeno en el aire a medida que ascendemos.
Para aclimatarse, el cuerpo humano necesita tiempo, variando según cada individuo.
Además, en el ámbito de los automóviles, se menciona que un motor está apunado cuando sufre una avería poco usual al alcanzar ciertas alturas.
Amér. Padecer puna, soroche o mal de altura. Es una sensación de mareo o malestar usual en personas que suben a grandes altitudes (más de 2000 metros sobre el nivel del mar) sin estar acostumbradas a hacerlo. En ocasiones los ojos enrojecen y la persona se siente atontada.
A medida que ascendemos la cantidad de oxígeno disponible en el aire disminuye, lo que produce este mal. Para aclimatarse el cuerpo humano requiere de algunos días, pero esto varía mucho de persona a persona.
Ejemplos de uso: "Estoy apunado por la subida, no me siento bien".
"la mujer apunada en la montaña fue atendida por un médico por casualidad estaba en la zona".
♦ Esta acepción se emplea en: América
m. Avería poco usual que se da en los motores de algunos automóviles cuando alcanzan ciertas alturas. Se suele decir que el "motor está apunado" o similar.
Etimología u origen de la palabra apunado: del participio de apunar/apunarse, que proviene de la Puna, una región altiplánica o meseta de alta montaña, propia del área central de la cordillera de los Andes.