La arcatura es un elemento arquitectónico que consiste en una serie de arcadas figuradas, es decir, arcos decorativos, que se disponen generalmente de forma voladiza sobre columnitas.
Este elemento, popular en el último periodo del estilo románico, cumplía una función tanto decorativa como estructural.
Las arcadas figuradas aligeraban visualmente la masa de los muros y pilares, creando una sensación de ligereza y elevación en los edificios, a la vez que distribuían las cargas y tensiones para contribuir a la estabilidad de la construcción.
f. Arq. Arcada figurada, principalmente voladiza sobre columnitas, usado en el último periodo románico.
La arcatura es un elemento arquitectónico que se caracteriza por ser una serie de arcadas figuradas, es decir, arcos decorativos, que se disponen generalmente de forma voladiza sobre columnitas. Este elemento se hizo muy popular durante el último periodo del estilo románico, también conocido como románico tardío o románico del siglo XII.
La arcatura no solo cumplía una función decorativa, sino que también tenía un propósito estructural importante. Las arcadas figuradas se utilizaban para aligerar visualmente la masa de los muros y pilares, creando así una sensación de ligereza y elevación en los edificios. Además, esta técnica permitía distribuir mejor las cargas y tensiones, contribuyendo a la estabilidad de la construcción.
En términos estilísticos, las arcaturas del período románico tardío presentaban una gran variedad de formas y ornamentación. Los arcos podían ser de medio punto, apuntados o mixtos, y estaban decorados con relieves, molduras o incluso con figuras talladas. Además, las columnitas sobre las que se apoyaban los arcos solían estar ricamente decoradas con capiteles esculpidos, que añadían aún más ornamento y detalle a las arcaturas.
La presencia de la arcatura en la arquitectura románica del siglo XII fue especialmente notoria en la región de la Toscana, Italia, donde se destacaron ejemplos tan emblemáticos como la catedral de Pisa o la basílica de San Miniato al Monte. Estas construcciones, entre otras, ejemplifican la belleza y la complejidad de la arcatura como elemento distintivo de la arquitectura románica tardía.