El término arcillar se refiere a la acción de mejorar la calidad de ciertos suelos, especialmente aquellos que son silíceos, mediante la incorporación de arcilla o greda.
Este proceso es fundamental en la agricultura, ya que permite enriquecer la tierra, aumentando su fertilidad y capacidad para retener agua.
Así, arcillar se convierte en una práctica esencial para optimizar el cultivo y asegurar mejores cosechas.