En la mitología griega, gigante de fuerza descomunal, poseedor de cien ojos, de los que cerraba cada vez sólo la mitad. Hera le confió la custodia de lo, a quien Zeus había transformado en becerrilla para protegerla de las iras de dicha diosa.
Hermes, encargado de libertar a lo, consiguió adormecer al gigante con los acordes de su flauta y obligarle a cerrar todos sus ojos, tras lo cual le dio muerte. Hera recogió los ojos de Argos para adornar con ellos la cola del pavo real, su ave favorita.
Además de su papel en la mitología griega, el término "Argos" también puede referirse a una ciudad en Grecia con un rico trasfondo histórico. Argos es considerada una de las ciudades más antiguas de Europa, con evidencia de asentamientos humanos que se remontan a más de 3.000 años. Fue un importante centro en la antigua Grecia y se cree que fue una de las primeras ciudades en establecer un sistema de gobierno democrático.