El término aribe se utiliza en Honduras para referirse a un niño que destaca por su inteligencia y su capacidad de instrucción.
Este concepto resalta la importancia de la educación y el aprendizaje en la formación de los más jóvenes, valorando no solo su conocimiento, sino también su habilidad para comprender y aplicar lo aprendido en su entorno.
Así, ser un aribe implica un reconocimiento a la curiosidad y el talento de los niños.