El término aristarco se utiliza para referirse a una persona que actúa como un crítico muy exigente y severo.
Este concepto proviene de la figura de un crítico que, aunque posee un profundo conocimiento en su campo, tiende a ser implacable en sus juicios.
Así, un aristarco no solo evalúa con rigor, sino que también establece altos estándares que pueden resultar desafiantes para quienes son objeto de su análisis.