El término arlar se refiere principalmente a la acción de colocar las frutas en arlos, que son recipientes o estructuras diseñadas para su almacenamiento o transporte.
Esta práctica es común en la agricultura y la recolección, ya que permite mantener las frutas organizadas y en condiciones adecuadas.
Así, arlar no solo implica un proceso físico, sino también una parte fundamental de la gestión agrícola.