La armadura es un término que se refiere, en primer lugar, al conjunto de armas defensivas que se utilizaban para proteger el cuerpo en batallas y combates.
Estas piezas eran esenciales para la seguridad de los guerreros.
Además, en el ámbito de la arquitectura, la palabra designa el armazón que sostiene estructuras como un tejado o una cama, proporcionando estabilidad y soporte.
f. Conjunto de armas defensivas que protegían el cuerpo.
Arq. Armazón: armadura de un tejado. de la cama.
Origen etimológico de armadura: proviene del español armar.
Segundo diccionario: armadura
Origen de la palabra: (del latín armatüra.)
f. Conjunto de armas defensivas que protegían el cuerpo de los combatientes.
Pieza o conjunto de piezas sobre las que se arma una cosa.
Esqueleto, 1era. acep.
V. Cuchillo de armadura.
Fís. Cada uno de los cuerpos conductores, separados por otro aislador, con que se forman los condensadores eléctricos.
Fís. Pieza de hierro dulce que se coloca en contacto con los polos de un imán para ayudarle a conservar sus cualidades magnéticas.
Mar. Aro de metal con que se refuerzan la unión del codaste, las chumaceras y el pozo de la hélice.
Mús. Conjunto de sostenidos y bemoles que indican el tono de una composición.2º artículo
f. Armazón de maderos entrelazados con que se cubre un edificio.3º artículo
Protección personal del guerrero usada desde la más remota antigüedad. Se utiliza todavía y aun puede decirse que, teniendo en cuenta la cantidad de metal invertido en su preparación, nunca hubo probablemente en el mundo tantos medios de protección personal como ahora. Se estima generalmente, sin embargo, que la época de la armadura comprende sobre todo los siglos xv, xvi y xvii, en que, además de su empleo más generalizado que en cualquier época anterior y posterior, era también más completa y poseía una superior calidad técnica y artística.
En las tumbas egipcias se han encontrado fragmentos de armaduras compuestas de láminas superpuestas de bronce que datan de mucho antes de la Era cristiana. La armadura griega de los siete últimos siglos a. de J.C. es bien conocida a través de las representaciones pictóricas de vasos y de las descripciones literarias. Era de bronce y comprendía yelmo, peto, espinilleras y escudo. La parte inferior del cuerpo, la superior de las piernas y el brazo derecho se suponían protegidos por la agilidad del guerrero y por su destreza en el uso del escudo, que también cubría su brazo izquierdo. La armadura era también muy corriente entre los romanos, como se advierte en los relieves de la columna de Trajano. Se empleaba en su confección el hierro y el bronce. Eran características las bandas superpuestas en los hombros y alrededor del cuerpo y los escudos rectangulares muy curvados.
Tras el colapso del Imperio Romano se extendió por toda Europa y el próximo Oriente el uso de una armadura de carácter más primitivo que el de la usada en la antigüedad clásica. Consistía en fuertes vestimentas de cuero reforzadas con pequeños discos o anillos de alambre, que luego se unían para formar un tejido continuo, -sin servirse de ropa alguna como soporte. Cada anillo pasaba a través de otros cuatro y sus dos extremos se remachaban. Como una buena cota de malla contenía más de 200000 eslabones, su confección debió ser muy laboriosa y su costo muy elevado. Estas mallas proporcionaban una protección admirable contra espadas, puñales y flechas, pero su gran flexibilidad deparaba escasa protección contra un fuerte golpe de maza.
Cota de malla. Fue la principal forma de armadura hasta, comienzos del siglo xiii. Durante los 250 años siguientes se fueron añadiendo gradualmente fuertes planchas que aumentaban la eficacia de la defensa. En esta época era corriente el uso de un vestido flojo de paño sobre la malla, por lo que la armadura completa no se aprecia en los grabados de la época. Hacia comienzos del siglo xv había desaparecido la moda de semejante sobrevesta y la armadura se había transformado en traje completo de planchas de metal. También el metal había mejorado, pues era ya acero templado. Las planchas ajustaban entre sí perfectamente y estaban unidas por remaches que pasaban por hendiduras cortas que permitían cierta libertad de movimientos entre las láminas adyacentes. Los sobacos, codos y calzoneras se protegían con cotas de mallas, pero todas las partes del cuerpo aparecían cubiertas de planchas de acero, excepto las nalgas y la parte interior de los muslos, que quedaban protegidos por la silla y el cuerpo del caballo, ya que rara vez iba a pie quien se podía permitir el costoso lujo de una armadura.
Además de la armadura de planchas se emplearon otros dos tipos en los siglos xiv, xv y principios del xvi. La jacerina —muy empleada en la Europa oriental— consistía en láminas de metal unidas a un traje interior de paño. La brigantina invirtió el orden de colocación de estos elementos; las láminas o planchas iban remachadas dentro de un jubón de brillantes colores, a menudo con tachones de cabezas labradas y doradas. Este tipo de protección fue corriente en España e Italia, aunque la armadura completa de planchas estaba reservada casi exclusivamente a los guerreros más nobles e importantes. La armadura del siglo xv, el llamado «periodo gótico», es la más bella de cuantas se conocen. Tendía a presentar superficies lisas, si acaso sólo decoradas en los bordes. Su belleza funcional nunca ha sido superada.
Al comenzar el siglo xvi, el estilo de las armaduras sufrió un cambió repentino. Las armaduras góticas se habían caracterizado por superficies suavemente curvadas que tendían a converger en un punto, especialmente en los dedos de los pies y los codos. Después los petos, los cascos y guardas de los brazos y piernas presentaron superficies estriadas, mientras que las de los dedos de los pies se hicieron extraordinariamente anchas. El promotor de la nueva moda fue el emperador Maximiliano, que dio nombre al estilo. Hacia mediados de siglo, las estriaduras desaparecieron y fueron substituidas por complicados adornos grabados a menudo sobre fondo dorado. Otras veces el grabado se hacía en bandas verticales que mostraban panoplias, instrumentos de música, etc., y constituyeron el llamado «estilo de Pisa». En la segunda mitad del siglo, la decoración se hizo más minuciosa (y menos funcional) y encontramos magníficas armaduras de exhibición completamente recubiertas de labores de incrustación, a su vez ornadas con damasquinados de metales preciosos.
Se idearon armaduras especiales para las distintas clases de torneos, deportes militares sujetos a reglas rígidas en los que se remedaban combates verdaderos. Como solamente se contaban como puntos los golpes propinados al cuerpo, cabeza y brazo izquierdo, estas partes se protegían especialmente con frecuencia por medio de placas suplementarias atornilladas sobre las corrientes. Se idearon también ingeniosos escudos que, al ser golpeados por la lanza del adversario, volaban en pedazos o saltaban en el aire. Se conocen algunas vestimentas hechas para una forma especial de torneo a pie, en las que cada parte del cuerpo, incluyendo las nalgas, las entrepiernas y las articulaciones de los codos y los hombros, aparece cubierta por planchas de acero deslizantes que permiten una total libertad de movimientos.
El siglo xvii fue un periodo de decadencia. La armadura se hizo más gruesa, más torpe y menos completa. Sólo el casco, peto, espaldar y guantelete podían brindar cierta protección en las maniobras
ligeras de la caballería, que habían substituido a las cargas de los caballeros cubiertos de pesada armadura. Sin embargo, nunca se abandonó ésta totalmente. Algunos regimientos de caballería emplearon petos y cascos durante los siglos xviii y xix; su empleó posterior quedó reducido a ciertas ceremonias, especialmente en algunos famosos regimientos europeos de caballería y coraceros.
La I Guerra Mundial marcó el renacer de la armadura con la aparición del casco de acero, adoptado por todos los ejércitos, y de pesadas defensas destinadas a proteger a los artilleros o al personal expuesto a especiales peligros. En la II Guerra Mundial continuó esta tendencia. Los cascos de acero fueron empleados por todos los combatientes; multitud de aviadores aliados debieron sus vidas a los chalecos acorazados de que estaban dotadas las tripulaciones de los aviones de bombardeo para protegerse contra los fragmentos de metralla de la artillería antiaérea. Las armaduras flexibles, formadas por muchas capas de seda u otros tejidos, sin metal, tienen también una larga historia, que se remonta en Oriente al siglo vii o antes. Empleadas abundantemente en los siglos xv, xvi y xvii, fueron adoptadas en cierto modo por los ingleses en la I Guerra Mundial. El ejército y la marina norteamericanos emplearon con buen resultado trajes acolchados de nylon en la guerra de Corea. Aunque no protegían contra los proyectiles de gran velocidad, sí lo hacían contra las balas perdidas y la metralla.
Indiscutiblemente la más bella colección de armas y armaduras medievales es la existente en la Neue Hofburg de Viena. Existen otras grandes colecciones en los museos de Madrid, París, Londres y Nueva York. Estas colecciones permiten al visitante admirar el gusto y la destreza de los artífices de las antiguas armaduras.
• « El caballero llegó ataviado con una armadura reluciente y un gran escudo. »
Enviar:
• « La armadura del gladiador brillaba bajo el sol. »
Enviar:
• « El samurái, con su katana desenvainada y su armadura reluciente, luchaba contra los bandidos que asolaban su aldea, defendiendo su honor y el de su familia. »
1era. acep. = primera acepción (en este diccionario) A. = alemán o antes acep. = acepción f. = sustantivo femenino Metal. = Metalurgia Más abreviaturas...