El término armiñar se refiere a la acción de dar a un objeto o superficie el color blanco característico del armiño, un pequeño mamífero conocido por su pelaje blanco y suave.
Esta palabra evoca la idea de transformación estética, donde el blanco simboliza pureza y elegancia.
Así, armiñar no solo implica un cambio de color, sino también una conexión con la belleza y la sofisticación que este tono representa.