La palabra arnasca se refiere a una artesa o pila de piedra, que tradicionalmente se encuentra en la entrada de las casas.
Este elemento arquitectónico no solo cumple una función práctica, como recoger agua o servir de lavadero, sino que también tiene un valor cultural y estético en muchas regiones.
La arnasca es un símbolo de la vida cotidiana y de las costumbres de las comunidades que la utilizan.