La arqueología en Irán nos ofrece una ventana fascinante a la prehistoria del país, que se remonta al cuarto milenio a.C.
A través de excavaciones en sitios como Sialk, Hissar y Susa, hemos descubierto una rica herencia cultural, caracterizada por una alfarería pintada de gran belleza.
Susa, como capital de los elamitas, destaca por su continuidad habitacional y su conexión con Mesopotamia.
Estos hallazgos revelan la importancia histórica de Irán en el contexto antiguo.
arqueología en Irán
La prehistoria iraní, iniciada en algún momento del cuarto milenio a. de J.C., nos ha sido revelada por las excavaciones realizadas en Sialk, Hissar, Giyan, Rayy, Susa y Bakun, pequeños poblados poseedores de una cultura sencilla y una alfarería pintada que en ocasiones alcanza excepcional belleza. El más importante punto arqueológico es Susa, habitada ininterrumpidamente hasta los tiempos islámicos y, en tiempos antiguos, capital de los elamitas, quienes estuvieron en contacto continuo con Mesopotamia. Hissar perduró hasta el año 1000 a. de J.C. aproximadamente y Giyan desde el 3000 a después del 1000 a. de J.C. Sialk volvió a ser ocupada poco antes del año 1000 por invasores que usaban el hierro y montaban a caballo. De época algo posterior son los bronces decorados de Luristán, de los que se conocen miles de ejemplares, pero que sólo han sido excavados científicamente en Sorkh-i-Dom. Con los aqueménidas, Irán entra en la historia en calidad de primera potencia, antagonista de Grecia. Las excavaciones realizadas en las sucesivas capitales aqueménidas, Parsagada (Fasa) y Persépolis, han puesto al descubierto excelentes restos arquitectónico de piedra y un cúmulo de magníficas esculturas, objetos y tablillas. El rico tesoro de piezas de oro de Ziwiye (Azerbaiján) se remonta quizás a tiempos inmediatamente anteriores al periodo aqueménida.
En Rayy se hallaron restos partos. En cuanto a los palacios, que en Hissar y proximidades de Rayy se adornan con condecoraciones de yeso cuidadosamente elaboradas y en Shahpur con mosaicos, pertenecen al periodo sasánida, al igual que los grandes palacios localizados y explorados en el Irán sudoccidental.