La palabra arrumbada tiene su origen en el ámbito marítimo, donde se refiere a un corredor que se encontraba en la parte de proa de las galeras, extendiéndose a ambos lados.
Este término evoca la estructura y funcionalidad de las embarcaciones antiguas, reflejando la importancia de los espacios en el diseño naval.
Así, "arrumbada" no solo describe un elemento físico, sino que también conecta con la historia y la cultura del navegar.