El término artado se refiere a un estado específico relacionado con el ámbito religioso.
En su acepción más común, describe a un clérigo que enfrenta un tiempo limitado para recibir su ordenación.
Esta condición implica que el individuo debe cumplir con ciertos requisitos o plazos establecidos, lo que añade un matiz de urgencia a su proceso de formación y compromiso dentro de la iglesia.