El arte decorativo norteamericano surge en el siglo XVII, fusionando el legado europeo con influencias de tradiciones populares alemanas y españolas.
Este estilo genuinamente americano se desarrolla especialmente en la parte sudoccidental de los Estados Unidos, donde los indios de los valles de Río Grande y Taos crean obras vibrantes, como pinturas votivas y muebles, utilizando colores naturales.
Sus tallas en madera reflejan personajes bíblicos, destacando la singularidad de su representación.
Sobre la base del legado europeo, el arte decorativo norteamericano cristaliza ya en el siglo xvii en un estilo genuinamente americano que acusa la fuerte influencia de las tradicciones populares alemanas y españolas, así como de los movimientos religiosos desarrollados en su suelo en los siglos xviii y xix.
La influencia española fue particularmente notable en la parte sudoccidental de los Estados Unidos. Los indios de los valles de Río Grande y Taos produjeron pinturas votivas, artículos de hojalata, arcas pintadas y otros muebles bajo el patrocinio de los colonizadores españoles. Utilizaban en sus trabajos vivos colores que fabricaban con pétalos de flores silvestres pulverizados y mezclados con aceite. En sus tallas en madera representaban generalmente personajes bíblicos con vestidos de la época. Las figuras aparecen ostentosamente colocadas y sumamente alargadas, sin ninguna proporción entre sí, ya que el tamaño de cada personaje señala, según la técnica primitiva, su importancia relativa. En Pensilvania los colonos alemanes crearon un arte americano partiendo de las artes populares de su propio país. Como motivos característicos («Pennsylvania Dutch») encontramos tulipanes escarlata y corazones entrelazados con rizados zarcillos vegetales. Están pintados directamente a pincel sobre hojalata, madera o cerámica. Entre los decoradores americanos seguidores de esta tradición figura Peter Hunt, de Proviricetown (Massachusetts).
Influencia religiosa. Las sectas religiosas desempeñaron un papel muy importante en el desarrollo del arte decorativo americano. Merece especial mención la de los shakers, rama de los cuáqueros ingleses que emigraron a América en 1774 y que hacia el año 1830 fundaron comunidades en ocho estados de Nueva Inglaterra. El credo de los shakers, según el cual «la belleza descansa en la utilidad» y «el verdadero evangelio de la sencillez conduce naturalmente a la simplicidad», dio por resultado el diseño de muebles de estilo muy semejante al funcional moderno. Y como quiera que otro de sus preceptos rezaba que «el orden es la primera ley del cielo y la mejor salvaguarda de las almas», concedieron gran importancia a la estructura interior de sus muebles, reservando en sus mesas, arcas y escritorios numerosos e intrincados huecos para cajones, sin desperdiciar ningún espacio. La misma economía aplicada al tiempo les llevó a inventar las pinzas de tender la ropa y la sierra circular. Otra secta religiosa, la de los zoaritas, siguió las tradiciones campesinas alemanas. Constituida en 1819, aceptó nuevos miembros sólo en el caso de que su trabajo fuera necesario a la comunidad (Zoar, Ohio). Los artesanos zoaritas son conocidos principalmente por sus muebles. Aunque en ellos se acoplan de manera moderada los estilos Imperio y Directorio, conservan sin embargo un carácter fundamentalmente americano. En la colonia de Bishop Hill, de Illinois, fundada en 1864, los colonos elaboraron muebles con un sólido estilo propio. Enceraban la madera y le daban un pulido sencillo. Los artífices de todas estas sectas religiosas contribuyeron decisivamente al desarrollo del arte decorativo ñor-teamericano.
Motivos típicos norteamericanos. Tres de los motivos decorativos más empleados son el águila americana, el clíper (barco de vela) y el indio americano. En la talla en madera «Pennsylvania Dutch» de los siglos xviii y xix aparecía el águila con las alas cerradas; las plumas se representaban por líneas cruzadas. Hacia la mitad del siglo xix el ave se ejecutaba en hierro fundido y madera con alas extendidas y plumas naturales. El águila se prodigó como motivo decorativo en el papel de empapelar, en las proas de los barcos y en toda clase de tejidos. Otro tema típicamente americano fue el clíper, original y elegante en sí mismo. Aparece en espejos, papel de empapelar, sombrereras y multitud de artículos. La producción de mascarones de proa y ménsulas labradas dio origen al comercio de la escultura. Los mascarones de proa eran casi siempre figuras femeninas, talladas generalmente con abundantes cabellos ondulados echados hacia atrás y caídos sobre los hombros y con los ojos fijos característicos de las artes primitivas. La costumbre de esculpir clípers se extendió a la decoración arquitectónica (figuras de la Aduana de Boston) y al adorno de muestras de posadas. Además de tomar ciertos elementos originales indios para sus decorados, los artistas norteamericanos usaron como motivo decorativo al propio hombre indígena. La estampa del tabaquero indio evolucionó desde la versión ingenua primitiva a la abigarrada de estilo Victoriano, con su pompa de guirnaldas y otras reminiscencias del rococó.
Modelos de tejidos. En los tejidos indígenas se emplearon también los tres motivos. Los primeros productos de artesanía, es decir, los textiles, fueron los últimos en ceder el paso al industrialismo. El dibujo aplicado al piqué es aportación de la mujer americana y ofrete una valiosa fuente de material decorativo. El modelo Birds in Air (Pájaros en el aire) de mediados del siglo xix consiste en una serie de triángulos yuxtapuestos que recuerdan las obras abstractas de Hans Arp. Otros modelos importantes son el llamado Log Cabin («Cabaña de troncos», 1850-60) y los usados para bordado sobre cañamazo. La alfombra de Caswell (c. 1835) es una obra de arte de viva imaginación y perfecto dibujo.
La influencia del diseño norteamericano se observa en todas las producciones de las artes menores del país, desde planchas y maletas a los cierres de hierro colado de la entrada de las casas muy de moda por los años 1870. Algunos de tales objetos, como la linterna sorda, llamada en el país bull´s eye («Ojo de buey»), usada por los vigilantes nocturnos, llegaron a formar parte tan integrante de la vida americana que se dio a los policías el sobrenombre de bulls.
En la Galería Nacional de Arte de Washington D. C., existe un Index of American Design que contiene un archivo de estos objetos de carácter indígena que de otro modo pudieron haberse perdido. El índice se instituyó para utilidad de los artistas, diseñadores e investigadores y consiste en una serie de acuarelas y óleos que reproducen importantes modelos artísticos y constituye un verdadero arsenal de material ilustrativo del arte típico del país.
Cantidad de letras, vocales y consonantes de arte decorativo norteamericano
Palabra inversa: onaciremaetron ovitaroced etra Número de letras: 28 Posee un total de 14 vocales: a e e o a i o o e a e i a o Y un total de 14 consonantes: r t d c r t v n r t m r c n
¿Es aceptada "arte decorativo norteamericano" en el diccionario de la RAE?
