El término asirio-babilónicos se refiere a las culturas que florecieron en la antigua Mesopotamia, específicamente en el valle de los ríos Eufrates y Tigris.
El arte babilónico, desarrollado entre 1800 y 1600 a.C., es considerado una evolución tardía de estilos anteriores, mientras que el arte asirio emergió alrededor de 1400 a.C.
Las primeras expresiones artísticas, como vasijas y cerámica pintada, datan de más de 6000 años atrás, reflejando una rica sucesión de estilos en esta región.
asirio-babilónicos, arte y arquitectura
Florecieron en el valle de los ríos Eufrates y Tigris, región conocida por Mesopotamia entre los griegos.. El arte babilónico, sin embargo, que tuvo su desarrollo entre los años 1800 y 1600 a. de J.C., fue una derivación tardía y falseada de otros vigorosos estilos precedentes. El arte asirio, por su parte, no se manifestó hasta el año 1400 a. de J.C.
Orígenes del arte mesopotámico. Las primeras manifestaciones del mismo fueron vasijas y cerámica pintada, procedentes del N del país, en la región próxima a la actual Mosul, algún tiempo después del año 4000 a. de J.C., cuando el S era todavía una región pantanosa casi deshabitada.
La sucesión de varios estilos en el N es la característica del desarrollo artístico de Mesopotamia en todas sus manifestaciones. Un estilo raramente permaneció inmutable durante más de dos siglos y normalmente no duró tanto tiempo.
Los restos de templos desde el Periodo ubaid sugieren que, exactamente como en el siguiente Periodo protoliterario, la vida espiritual y material giró en torno a los templos. En el periodo protoliterario (3300-3000 a. de J.C.), así llamado por haberse inventado la escritura durante el mismo, la civilización urbana surgió en el S y con ella una arquitectura de templos monumentos y un característico estilo artístico, opuesto al decorativo de las culturas campesinas. Éste desarrollo corre parejas con el de Egipto, pero, a diferencia, de Egipto, Mesopotamia apenas disponía de piedra y hubo de contentarse con los materiales del suelo aluvial de sus ríos. Los constructores, pues, hubieron de desarrollar una arquitectura de adobe y ladrillo cuya característica uniforme fue la. construcción de las primeras bóvedas verdaderas.
Los escultores usaban la arcilla para modelar y trasladaban el modelo a la piedra o lo fundían en metal. Pocas son empero las esculturas de piedra o metal que han sobrevivido a la rapiña de generaciones posteriores, codiciosas de estos materiales. Entre los objetos pequeños más característicos y numerosos que conocemos se encuentran los sellos de piedra de formas variadísimas, de grabado inverso, empleados para sellar registros de propiedad o tabletas de arcilla portadoras de inscripciones. Por añadidura, los sellos eran empleados como amuletos; por esto, sus dibujos indican las creencias religiosas y las prácticas rituales de sus portadores.
La escultura monumental aparece algo tardíamente en el periodo protoliterario. La más antigua y sobresaliente muestra de la misma es una cabeza de mujer que representa probablemente a una diosa, encontrada en Erech (Uruk). En esta localidad fueron también encontrados los restos del más antiguo templo-torre o zigurat, en cuya parte superior se alzaba el templo o ara de algún dios. Desde el año 2000 a. de J.C., estos túmulos artificiales asumieron proporciones gigantescas; aún conservamos el recuerdo bíblico de la torre de Babel o zigurat de Babilonia.
Un cambio de estilo, posiblemente debido a influencias extrañas, se manifestó en los comienzos de la Antigua Dinastía que siguió al Periodo protoliterario, desde el año 3000 a. de J.C. hasta el 2400 aproximadamente. El Periodo de la Antigua Dinastía, durante el cual la lengua del país fue el sumerio, puede dividirse en tres fases. El estilo escultórico característico de esta época no parece haber cristalizado hasta la segunda fase de la Dinastía Antigua y se caracteriza por la concepción geométrica de las estatuas.
En la tercera fase se suavizan las rígidas formas geométricas primitivas y surge una tendencia hacia la naturalidad; pero hasta finales del arte mesopotámico las piernas de las figuras monumentales aparecen ocultas bajo el cónico velo de un pesado ropaje, que privaba a la estatua de toda sensación de movimiento.
El estilo del grabado de sellos que acompañó a la escultura de la Antigua Dinastía se centra en frisos de héroes, animales y monstruos en perpetua lucha y algunos otros temas, tales como banquetes, ejecutados de una manera predominantemente lineal, abstracta e imaginativa.
El más importante trabajo en relieve del último Periodo déla Antigua Dinastía es la estela de los buitres, encontrada en Telloch, la antigua Lagash.
Babilonios. Un nuevo grupo de semitas asumió el poder con la Primera Dinastía de Babilonia, hacia el 1800 a, de J.C. A partir de este momento el elemento sumerio sobrevive solamente en los textos religiosos, literarios y científicos. El estilo babilónico resucitó algunos temas acádicos, pero de una manera suave y adulterada que carecía del vigor descriptivo del arte acadio. La muestra más importante de este periodo es el relieve labrado en una piedra cupuliforme que contiene, en su parte superior, el texto del famoso Código de Hammurabi, rey de Babilonia, hacia el 1700 a. de J.C.
Asirlos. Hacia el año 1600 a. de J.C. las invasiones pusieron punto final al movimiento artístico de la Primera Dinastía de Babilonia o «Primer Imperio». Bajo los nuevos gobernantes asirios apareció un estilo más esquemático, especialmente en el N de Mesopotamia. Durante este tiempo invadieron el arte mesopotámico elementos exóticos, principalmente egipcios y sirios, y cuando, hacia el 1350 a. de J.C., surgió un estilo asirio recognoscible, apareció poblado de esfinges, grifos y otros monstruos alados y embellecidos con mitos, lotos y capullos de papiro.
El arte monumental del Imperio Asirio se manifiesta en los relieves murales del rey Asurbanipal II (884-859 a. de J.C.). Además de las escenas rituales, en las que perduran los primitivos moldes artísticos, los reyes asirios aportan relatos gráficos, sobre las paredes de sus palacios, de sus hazañas guerreras y de sus éxitos cinegéticos.
Cada uno de los reyes asirios imprimía su personalidad en los relieves esculpidos para sus palacios respectivos. Senaquerib (704-681 a. de J.C.), por ejemplo, conocido a través de la Biblia por su infructuoso sitio de Jerusalén, se apresuró a mostrar sus descubrimientos tecnológicos,. como el desplazamiento de uno de los descomunales toros antropocéfalos que hacían guardia ante las puertas de su palacio, trabajo que ocupó a centenares de obreros y a numerosos ingenieros. Artísticamente considerados son más interesantes los relieves de escenas de caza del último gran rey asirio, Asurbanipal (669-626 a. de J.C.).
Después de la caída del Imperio Asirio en el año 612 a. de J.C., Babilonia recuperó su antiguo dominio, que duró empero menos de un siglo. Nabucodonosor (604-562 a. de J.C.) erigió templos y palacios y construyó una vía procesional en cuyas paredes aparece a cada lado una interminable fila de rugientes leones, rítmicamente espaciados según antiquísimos modelos composicionales, ejecutados en relieve sobre vistosos ladrillos esmaltados en color. La vía procesional conduce a la puerta de Isthar, la diosa asiria.
Aunque la independencia política y artística de Mesopotamia fue rota por la conquista del rey Ciro de Persia el año 539 a. de J.C., los motivos y principios fundamentales del arte mesopotámico sobrevivieron en las artes menores, tales como las textiles. Cuando, tras la Era del naturalismo artístico del Periodo helenístico, los conceptos del cristianismo necesitaron esquemas de composición estáticos para expresar su eterna validez, los motivos mesopotámicos volverían a tener vigencia para supervivir hasta los tiempos actuales. Véase Arqueología; Asiría; Babilonia; Mesopotamia; Sumeria.
