Las leyes de asociación son principios psicológicos que explican cómo se conectan las ideas y sentimientos en nuestra mente.
Su origen se remonta a pensadores como Aristóteles, quienes exploraron cómo la contigüidad entre experiencias influye en su recuerdo.
Otras leyes importantes incluyen la de la frecuencia, que sugiere que lo vivido más a menudo se recuerda mejor, y la de la novedad, que destaca la importancia de las experiencias recientes en el proceso de asociación.
Una de las consecuencias del desarrollo de la teoría de la asociación de ideas fue el esfuerzo realizado por los psicólogos para formular las leyes de dicha asociación, esfuerzo que se remonta a la época dé Aristóteles. Entre todas las leyes aceptadas destaca la de la contigüidad. Si dos sentimientos o pensamientos se producen simultáneamente, la recurrencia de uno de ellos, en igualdad de condiciones, provocará la recurrencia del otro. Sigue en importancia la ley de la frecuencia. Entre varias ideas o sentimientos experimentados en condiciones similares, el experimentado con mayor frecuencia, en igualdad de condiciones, recurrirá con mayor presteza. En tercer lugar se sitúa la ley de la novedad: Entre varios pensamientos o sentimientos experimentados en condiciones similares, el experimentado más recientemente recurrirá, en igualdad de condiciones, con mayor presteza. En fin, la ley de la intensidad establece que recurrirá más fácilmente, en igualdad de Condiciones, la idea o el sentimiento que hirieron con mayor viveza la mente o sensibilidad del sujeto.
Otra de las leyes, la de la congruencia, se combina a veces con la del «cuadro mental». Esta ley alude a las condiciones más favorables en que tienden a reaparecer las experiencias, no al modo en que éstas se adquieren, -como hacían las anteriormente enunciadas. La ley de congruencia se refiere así a los componentes emocionales de la experiencia. Según ella, toda experiencia acorde con el humor o estado emocional imperantes en el individuo prevalecerá, en igualdad de condiciones, sobre cualquier experiencia disconforme con el humor o estado emocional del momento. Por citar un ejemplo sencillo, cuando una persona se encuentra de buen humor, tienden a predominar en ella los pensamientos agradables sobre los desagradables. Según esta ley, el «cuadro mental» tiende asimismo a determinar la naturaleza de las imágenes, pensamientos o sentimientos asociados. El «cuadro mental» define la tarea del momento (Aufgabe) que domina el pensamiento del individuo. Un ejemplo es el conocido hecho de que dos números pueden asociarse de múltiples formas, de acuerdo con leyes previas. Pero es el «cuadro mental» representado por las palabras «suma», «resta», «división» o «multiplicación» el que determina la naturaleza de la asociación en un caso determinado.
Las leyes de la asociación así formuladas son resultados relativamente recientes, pero-nacieron del antiquísimo principio psicológico de la «asociación de ideas», que en general ha sido ya superado (v. Ideas, Asociación de). En su forma actual, el principal valor de estas leyes reside en que actúan sobre factores que, si no son explicados por ellas, por lo menos se incorporan a nuestro acervo de conocimientos sobre los procesos del Aprendizaje, Memoria y pensamientos. La ley de contigüidad o «cuadro mental» insiste sobre un factor que es igualmente valioso en el
campo de la psicología clínica. Al establecer la distinción entre Asociación libre y «asociación controlada», se relaciona con algo básico a toda prueba y resulta especialmente valiosa en la terapia del Psicoanálisis.