La ley de asociaciones se refiere a un conjunto de normativas que regulan la creación y funcionamiento de agrupaciones, especialmente en el contexto religioso.
Durante el reinado de Alfonso XIII, se establecieron leyes significativas, como la Ley general de Asociaciones religiosas de 1887 y la Real Orden de 1902.
Sin embargo, fue en 1910 cuando se aprobó la conocida Ley del Candado, que limitaba la formación de nuevas asociaciones hasta la creación de una nueva legislación al respecto.
Bajo el reinado de Alfonso XIII existía la Ley general de Asociaciones religiosas de 30 de julio de 1887 y el 9 de abril de 1902 se dictó una Real Orden sobre registro de asociaciones religiosas. El 19 de octubre de 1906 leyó en las Cortes el ministro de la Gobernación, Dávila, un proyecto de ley de asociaciones, proyecto que no se aprobó, modificado, hasta 27 de diciembre de 1910, bajo el nombre de Ley del Candado, así llamada porque en ella se disponía que no pudieran establecerse nuevas asociaciones hasta que existiera otra nueva ley sobre ello.