El término astricto y su forma femenina astricta provienen del participio pasado de astringir, que implica la acción de restringir o limitar.
En un contexto más específico, se utiliza en el ámbito legal en algunas regiones, como en Aragón, para referirse a un procurador astricto, es decir, un representante que actúa con ciertas limitaciones o condiciones.
Su uso refleja una particularidad del lenguaje en esta área geográfica.