El término atemperado (o atemperada) proviene del verbo atemperar, que se refiere a la acción de moderar o suavizar algo en su intensidad o fuerza.
Este concepto es especialmente relevante en contextos donde se busca equilibrar temperaturas, como en el caso de calentar agua, donde es fundamental atemperarla para prevenir quemaduras.
Así, atemperar implica un proceso de ajuste que busca un estado más seguro y confortable.