El término atemperó proviene del verbo atemperar, que en su acepción más antigua se refiere a un tipo de temperamento o disposición del carácter.
Aunque hoy en día su uso es considerado anticuado y se encuentra en desuso, evoca la idea de un estado emocional o personal que influye en la manera de ser de una persona.
Su significado refleja una conexión con el pasado y con formas de entender la personalidad que han evolucionado con el tiempo.