El término atenazado o atenazada proviene del participio del verbo atenazar, que implica una acción de sujetar o apretar con fuerza.
En un contexto más específico, se refiere a estructuras de fortificación que presentan una forma similar a una tenaza, caracterizándose por sus ángulos entrantes y salientes.
Así, este adjetivo describe tanto una condición de sujeción como una particularidad arquitectónica.