El término aterirse se refiere a la sensación de estar profundamente afectado por el frío, hasta el punto de sentirse transido o inmovilizado.
Esta palabra evoca la experiencia de un frío intenso que puede provocar incomodidad o incluso dolor.
A menudo, se utiliza para describir cómo el cuerpo reacciona ante temperaturas extremas, reflejando una vulnerabilidad ante las inclemencias del tiempo.