El término atildar tiene dos acepciones principales que reflejan aspectos diferentes de la comunicación y la presentación personal.
En su primera acepción, se refiere a censurar o criticar algo, especialmente en el contexto de las palabras, sugiriendo un juicio sobre su contenido o forma.
En su segunda acepción, se relaciona con el acto de acicalarse o ataviarse, es decir, adornarse o prepararse con esmero para una ocasión.