El término atregar proviene del ámbito antiguo y se refiere a la acción de asegurar o asumir la responsabilidad de la defensa y protección de algo.
Aunque hoy en día es una palabra anticuada y poco utilizada, su significado evoca un sentido de compromiso y amparo, destacando la importancia de cuidar y resguardar lo que se considera valioso o vulnerable.
Su uso refleja una época en la que estas acciones eran fundamentales en las relaciones sociales.