La palabra atrilera se refiere a una cubierta que se coloca sobre el atril o facistol, elementos utilizados en contextos religiosos para sostener libros durante la lectura de la Epístola y el Evangelio.
Esta pieza no solo cumple una función práctica, sino que también puede tener un valor estético, contribuyendo a la solemnidad del acto litúrgico.
Así, la atrilera se convierte en un símbolo de respeto y reverencia en el ámbito religioso.