La atrofia senil se refiere a la disminución de tamaño y funcionalidad de los tejidos y órganos en individuos de edad avanzada.
Este proceso, que tiene un componente genético, afecta a casi todos los órganos, siendo el cerebro, el hígado, el corazón y la piel los más vulnerables.
Con el tiempo, los órganos atróficos acumulan lipofucsina, lo que les confiere un color pardo característico, y se observa una disminución en la cantidad, calidad y volumen de las células afectadas.
f. La de los tejidos y órganos cuando el individuo llega a edad avanzada. Prácticamente todos los órganos son afectados por la atrofia senil, que está fijada genéticamente. Son especialmente susceptibles a la atrofia senil el cerebro, el hígado, el corazón y la piel.
En los órganos atróficos con los años se acumula lipofucsina, responsable del típico color pardo que adquieren los tejidos.
En la atrofia senil disminuyen la cantidad, calidad y volumen de las células de los órganos afectados.
La atrofia senil o de la vejez es totalmente normal en el último tercio de la vida del humano, siendo irreversible por el momento.