La agricultura en Austria enfrenta desafíos significativos debido a su geografía montañosa y la pérdida de tierras fértiles tras el antiguo Imperio.
Con solo un 21% de su territorio apto para el cultivo, el país ha tenido que optimizar sus recursos agrícolas para disminuir la dependencia de importaciones.
A pesar de las dificultades, la producción de cereales, patatas y remolacha se mantiene como fundamental, especialmente en las provincias orientales.
Austria: agricultura
Al perder Austria las zonas de excedentes alimenticios del antiguo Imperio, quedó aislada en un territorio montañoso de producción deficiente y con una fuerte proporción de población urbana. Ello obligó al país a intensificar la explotación de sus productos agrícolas con miras a reducir las importaciones de productos alimenticios. El país sufrió un nuevo colapso durante la II Guerra Mundial, del que afortunadamente va saliendo. La escasa proporción de llanuras y tierras bajas hace que sólo el 21 % del país pueda dedicarse al cultivo, mientras los pastos ocupan un 28 % y los bosques el 36 %. La mayor parte de las tierras cultivables se hallan en las tres provincias orientales: Alta Austria, Baja Austria y Burgenland, pues en otros lugares de Austria sólo se hace posible el cultivo en las zonas diseminadas de las tierras bajas y valles de montaña.
Los cereales, la patata y la remolacha constituyen las plantas más extendidas. Destaca la producción de trigo y centeno, que son los cereales panificables, pero sólo el centeno cubre enteramente las necesidades internas. Completan la producción cerealística la cebada, avena y maíz. Entre las plantas industriales destaca la remolacha azucarera, obtenidas en las plantas industriales de Dürnkrut, Hohenau, Bruck, Tulln, Siegendorf y Hirm.
Huertas y viñedos destacan en la Baja Austria. En general, la agricultura austríaca se realiza a pequeña escala y la mayoría de los agricultores son propietarios. Las faenas agrícolas y la explotación forestal ocupan a un tercio de los trabajadores de la nación.