La ave del Paraíso es una paseriforme conocida por sus impresionantes plumajes y, en particular, por sus penachos de color amarillo dorado que le otorgan un aspecto espectacular.
Este adorno, llamado paraíso, resalta su belleza y singularidad en el reino animal.
Estas aves son un símbolo de la biodiversidad y la riqueza natural de sus hábitats.
Ave paseriforme. Presenta unos penachos de color amarillo dorado que constituyen el adorno llamado paraíso.
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Ave de la familia de los paradiseidos, afín de los cuervos, Córvidos, y de los Ptilonorrínq nidos. Puede alcanzar 46 cm de largo y habita desde Australia hasta Malasia. Existen muchos géneros y especies, pero casi todos se asemejan por la presencia, únicamente en los machos, de plumas largas, coloreadas, elegantes, membranosas y onduladas, que se implantan bajo las alas. Estas plumas se extienden, ondulan y despliegan ante las hembras durante las danzas nupciales. Ninguna otra ave del mundo resiste el parangón con los miembros de esta familia en lo que se refiere a la brillantez de colorido y belleza de plumaje. Algunas de las formaciones plumosas más vistosas que ostenta esta familia comprenden grandes rodelas de plumas en la garganta y a través del pecho, las cuales despiden reflejos metálicos iridiscentes y destellos de tonalidades verdes, doradas,
purpúreas, bronceadas, así como una extensa gama de amarillos y violetas. También tienen crestas y abanicos plumosos y discos brillantes de plumas, situados al final de largos filamentos negros o cañones desnudos. Los picos son un tanto robustos, algunas veces ligeramente curvos. Las hembras son menos vistosas que los machos y carecen de los llamativos penachos de pluma y demás adornos.
Las aves del paraíso comen insectos, gusanos, caracoles y limacos, ciempiés y toda clase de invertebrados de talla exigua, así como ranas y sapos jóvenes, salamandras y pequeños reptiles; pero los alimentos básicos de su dieta son los frutos, semillas y materias vegetales blandas. El mayor y más típico género es el Paradisea. La gran esmeralda, Paradisea apoda, supera en talla a los cuervos comunes y es la mayor de la familia. El macho tiene la cabeza amarilla, la garganta verde y plumas de color dorado metálico que sobresalen a ambos lados del cuerpo por debajo de las alas. El ave real o gobigobi, Cicinnurus regias, tiene color escarlata brillante con una franja verde metálica iridiscente a través de la garganta y parte superior del pecho. Presenta dos plumas en la mitad de la cola, ambas de igual longitud, rígidas y negras, arrolladas en espiral, con discos de plumas pilosas o barbas al final. La doce-hilos, Seleacides ignotas, doce de cuyas plumas están modificadas en forma de cerdas rígidas, y el ave-rifle, Ptilorhis paradisea, cuyo plumaje muestra una brillante coloración negra, son otras especies muy notables.
Las aves del paraíso han sido tema iavorito de canciones y leyendas. La gran esmeralda, también llamada ave de Dios, ave paraíso o ave del Sol, creíase que sólo habitaba en el aire, sin tocar nunca la tierra, girando siempre hacia el Sol hasta que, al morir, descendía suavemente al suelo. También se afirmaba que el ave no tenía ni alas ni patas. Debemos su primera descripción a los hombres de Fernando Magallanes que regresaron de su viaje alrededor del mundo.