El término azomar proviene de un uso antiguo que se relaciona con la acción de incitar a los animales, especialmente en contextos de lucha o embestida.
Esta acepción, hoy en día en desuso, evoca imágenes de prácticas pasadas donde se buscaba provocar la agresividad de los animales.
Aunque su uso ha caído en el olvido, el término refleja una parte de la relación histórica entre humanos y animales en diversas actividades.