La organización política de los aztecas era un sistema complejo y jerárquico. Algunas de sus características eran:
1. La ciudad-estado: El imperio azteca estaba dividido en ciudades-estado, cada una gobernada por un tlatoani o gobernante.
2. La monarquía electiva: El tlatoani era elegido por un consejo de nobles y sacerdotes. Aunque era una monarquía, el tlatoani no tenía poder absoluto y debía consultar a sus consejeros antes de tomar decisiones importantes.
3. La nobleza: La nobleza azteca estaba compuesta por los gobernantes de las ciudades-estado, sus familias y aliados. Tenían privilegios y responsabilidades especiales en la sociedad, como administrar justicia y liderar ejércitos.
4. Los sacerdotes: Los sacerdotes eran una clase importante en la sociedad azteca y tenían un gran poder político. Se encargaban del culto religioso y de los ritos públicos, pero también tenían responsabilidades administrativas y judiciales.
5. El sistema de tributos: El imperio azteca se sostenía en gran medida gracias al sistema de tributos que recogía de los pueblos conquistados. Los tributos eran pagados en especie y servían para mantener al ejército y las obras públicas.
6. El sistema de calpulli: Los calpullis eran unidades sociales y políticas de la sociedad azteca. Cada calpulli estaba formado por familias que compartían tierras y recursos. También tenían responsabilidades colectivas como el mantenimiento de canales de riego y la organización de festivales religiosos.
En resumen, la organización política de los aztecas era una compleja red de relaciones entre gobernantes, nobles, sacerdotes y el pueblo en general. Era un sistema jerárquico pero también participativo, en el que cada nivel tenía responsabilidades y obligaciones específicas.
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