La balística exterior es una rama de la balística que se centra en el comportamiento de un proyectil una vez que ha sido disparado.
Se estudian aspectos como el tiempo que tarda en recorrer una distancia, su velocidad al llegar al objetivo y la energía que posee en ese instante.
Además, se analiza la trayectoria, que describe una curva convexa influenciada por la resistencia del aire, permitiendo calcular variables clave mediante fórmulas específicas.
En balística exterior interesa sobre todo el tiempo necesario para que el proyectil recorra una determinada distancia, su velocidad remanente al alcanzar el objetivo, su energía potencial en ese momento y la ordenada máxima de la trayectoria sobre la línea recta que une la boca de la pieza con el objetivo.
Todos estos fenómenos se calculan mediante fórmulas relativamente sencillas con tal de conocer el diámetro del proyectil, su peso, velocidad inicial y coeficiente balístico, que varía, según la forma de su ojiva (punta) y se determina cotejando ésta en una tabla de perfiles.
Trayectoria es la línea descrita por el centro de gravedad del proyectil en su recorrido por el espacio. Su forma es una parábola o curva convexa que empieza con un gran radio (hasta casi confundirse con una recta), que se acorta progresivamente como consecuencia de la resistencia de la atmósfera, acentuando la curvatura de la parábola.
Las grandes velocidades iniciales y la perfección del perfil de los proyectiles tienden a hacer más tensa la trayectoria curva, circunstancia muy digna de tenerse en cuenta cuando se trate de batir un objetivo ignorando la distancia. Con trayectoria curva es muy fácil errar el blanco, a menos que la distancia haya sido calculada casi exactamente. En cambio con trayectoria tensa puede abrigarse casi la certeza de incidir en el blanco.