La balística interior es la rama de la balística que estudia los fenómenos que ocurren dentro del tubo de un arma de fuego durante el disparo.
Se asemeja al funcionamiento de un motor de combustión interna, donde el proyectil actúa como un pistón.
Su objetivo principal es maximizar la velocidad del proyectil, asegurando que el material del cañón soporte las condiciones extremas, minimizando el desgaste y la erosión.
La eficacia de la pólvora se evalúa en función de su comportamiento en este contexto.
La balística interior se ocupa de los fenómenos desarrollados en el tubo de una pieza, que puede compararse con un motor de combustión interna en que el proyectil hiciera las veces de pistón. El objeto del cañón es proporcionar al proyectil la máxima velocidad posible dentro de los límites de tolerancia de la resistencia del material y su montaje con el mínimo desgaste, erosión y otros resultados de efectos negativos. La eficacia de la pólvora se mide por la manera de comportarse en todos los casos enumerados anteriormente. Véase Balística.
En balística interior, los elementos más importantes son la presión del gas producido por la inflamación de la carga de proyección (en especial su grado máximo y el punto del cañón en que se produce) y la velocidad con que el proyectil abandona el plano de boca de la pieza o velocidad inicial. Las presiones se determinan por medidores «tipo crusher», empleado por todos los fabricantes de armas y municiones. Con este tipo se registran solamente las presiones máximas. Para determinar la velocidad a la que se desarrolla la presión se emplean otros de cristal de cuarzo.
La velocidad inicial se calcula registrando la velocidad del proyectil en una distancia medida desde que abandona la pieza mediante un instrumento de registro eléctrico denominado cronógrafo. Los elementos de este aparato se sitúan a distancias fijas (normalmente entre 0,90 y 40 m o entre 0,90 y 48 m) a partir de la boca de fuego. Tales elementos registran el promedio de velocidad del proyectil en los diferentes intervalos y aportan los datos que permitirán determinar la velocidad inicial. Con el mismo fin se emplea también un instrumento más antiguo, el «péndulo balístico», inventado por el famoso balístico británico, Benjamin Robins hacia el 1740. La energía del proyectil al abandonar la boca de la pieza (o en cualquier punto de su trayectoria posterior) se expresa, en los países de habla inglesa, en libras-pies y, en los países que emplean el sistema métrico decimal, en kilográmetros. El kilográmetro representa la energía necesaria para elevar el peso de un kilo a la altura de un metro. La fórmula para calcular la energía es: E = (m . VV)/2g
donde E expresa la energía en kilográmetros, m representa la masa en kilos, VV es el cuadrado de la velocidad y g una constante que representa la atracción de la fuerza de gravedad, expresada numéricamente por 9,81.