Baltasar fue un personaje histórico mencionado en el Libro de Daniel, donde se le describe como hijo de Nabucodonosor y rey de Babilonia.
Aunque hay discrepancias sobre su ascendencia, se le atribuye un papel importante en la historia de Babilonia.
Su reinado llegó a su fin en el año 539 a.
de J.C.
cuando la ciudad fue conquistada por el rey persa Ciro el Grande.
Según la narrativa bíblica, durante un festín, una misteriosa mano escribió palabras proféticas en la pared, que Daniel interpretó como un presagio del inminente castigo divino que se cumplió esa misma noche.
Biografía de Baltasar
(m. en 539 a. de J.C.). Hijo de Nabucodonosor y rey de Babilonia según el Libro de Daniel (cap. 5). Otros sostienen que era hijo de Nabonid o Nabu-Naid, último rey de Babilonia, y regente del mismo durante el destierro voluntario de su padre.
Encontró la muerte el año 539 a. de J.C., en que Babilonia fue capturada por el rey persa Ciro el Grande.
Según la historia bíblica, Baltasar celebraba un gran festín, en el curso del cual apareció una mano que escribió en la pared las palabras Mane, Thecel, Phares, que Daniel interpretó como una profecía del castigo que se cumplió aquella misma noche.
La gran cena ha proporcionado tema a varios pintores e incluso a composiciones musicales, como El Festín de Baltasar, de William Walton, y la suite de Jean Sibelius.
Baltasar, cuya figura se encuentra envuelta en las brumas de la leyenda y la historia, ha sido objeto de diversas interpretaciones a lo largo del tiempo.
Aunque tradicionalmente se le ha considerado hijo de Nabucodonosor II, rey neobabilónico famoso por la construcción de los Jardines Colgantes de Babilonia, investigaciones más recientes sugieren que su parentesco podría ser distinto, identificándolo como hijo de Nabonido.
Esta confusión sobre su linaje no resta importancia a su papel en la narrativa histórica y religiosa, donde su reinado marca el fin de la era neobabilónica.
La noche en que Babilonia cayó ante las fuerzas de Ciro el Grande es descrita con dramatismo en el Libro de Daniel.
La aparición sobrenatural y el mensaje divino inscrito en la pared representan no solo el juicio divino sobre Baltasar por su profanación y arrogancia, sino también el traspaso del poder a manos persas, cumpliendo así con los designios proféticos. Este episodio ha capturado la imaginación de artistas y escritores, simbolizando la caída de los poderosos y el juicio divino.
Además de su relevancia bíblica, Baltasar ocupa un lugar en el estudio del fin del Imperio Neobabilónico. Su reinado, aunque breve y finalmente trágico, coincide con un período crítico en la historia del antiguo Oriente Próximo.
La transición del poder de Babilonia a Persia significó cambios significativos en la política, cultura y administración de la región, marcando el inicio de una nueva era bajo el dominio persa.