Barra de arena formada en el lecho de ríos y estuarios y en mares poco profundos.
Los bancos fluviales suelen estar alargados en la dirección de la corriente y cambian constantemente de forma al variar la fuerza y dirección de aquélla.
Los bancos tienden a acumularse frente a las desembocaduras de los ríos. Buena parte del material que compone estos bancos es acarreado por los ríos, aunque también el mar se encarga de barrer grandes cantidades.
Tales barras cambian constantemente de forma y avanzan o retroceden según impere la actividad marina o la fluvial.
También el mar tiende a formar bancos de arena en la boca de las ensenadas someras y otras escotaduras del litoral y con el tiempo puede llegar a cerrarlas, creando una nueva línea costera separada de la antigua por albuferas poco profundas.
Las corrientes de sentido opuesto que suelen ocurrir junto a las islas de erosión próximas a la costa terminan por formar bancos de arena (tómbolos) que, al unir la isla a tierra, la transforman en península.
El término "banco de arena" se refiere a una acumulación de arena en el lecho de ríos, estuarios o mares poco profundos.
Estas acumulaciones pueden tener formas muy diversas y pueden influir en la navegación, la pesca, la erosión costera y otros aspectos relacionados con el medio ambiente acuático. Los bancos de arena pueden ser temporales o permanentes, dependiendo de las condiciones del entorno y del flujo de agua que los afecte.
En algunas zonas, los bancos de arena son importantes hábitats para la vida marina y pueden ser objeto de protección por parte de las autoridades ambientales.