Nombre dado a las mujeres pertenecientes a unas comunidades religiosas creadas durante el siglo xii, probablemente por Lamberto le Bègue, sacerdote de Lieja. Estas comunidades, denominadas beguinajes, se extendieron por los Países Bajos, Alemania y Francia. Sus miembros se dedicaban al cuidado de enfermos y pobres y a otros menesteres caritativos y piadosos. No formulaban votos, podían poseer propiedades y casarse o abandonar el beguinaje en cualquier momento. Al principio fueron alentadas como movimiento religioso útil para el pueblo, pero en 1311 tanto ellas como su contrapartida masculina, los begardos, fueron condenadas por el Concilio de Vienne a causa de ser terreno propicio para la propagación de la herejía. Las comunidades desaparecieron gradualmente o sólo subsistieron en forma de asilos para solteronas pobres. Todavía existen algunas en Bélgica y Holanda.