El término belvedere se refiere a un mirador, un lugar elevado desde donde se puede contemplar un paisaje.
Este concepto también puede usarse como adjetivo o sustantivo para describir algo que mira o está orientado hacia una vista panorámica.
Los belvederes son apreciados por su capacidad de ofrecer vistas espectaculares, convirtiéndose en espacios ideales para disfrutar de la belleza natural y arquitectónica que los rodea.
Etimológicamente (en italiano, vista hermosa), cualquier construcción o parte de ella que presente un bello aspecto. Reciben especialmente este nombre el patio del Belvedere en el Vaticano, que dio su nombre al Apolo de Belvedere y forma parte de la galería de estatuas, y un palacio situado en Viena, proyectado por J. L. von Hildebrand en 1725 como residencia veraniega del príncipe Eugenio de Saboya. El Belvedere vienés resultó gravemente afectado por los bombardeos de la II Guerra Mundial.